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La Navidad en la cárcel

 
La Pastoral Carcelaria de la diócesis, como todos los años, realizó estos días un pesebre que recorrió los pabellones de las cárceles de Ezeiza. Así vivieron, junto al canto de villancicos, las presas y el personal penitenciario los días previos a la Navidad…

  • 23 Diciembre 2016
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La Pastoral Carcelaria de la diócesis, como todos los años, realizó estos días un pesebre que recorrió los pabellones de las cárceles de Ezeiza. Así vivieron, junto al canto de villancicos, las presas y el personal penitenciario los días previos a la Navidad…

Testimonio

El 21 fue un día de mucho calor, muy complicado el ingreso, las requisas, como lo fue para la pastoral carcelaria todo el año, ni siquiera pude evitar que el Niño pasara por el scanner, pero después de todo y con todo eso ingresamos, la Pastoral Carcelaria de la parroquia Santa Ana (Glew), el coro de jóvenes de la parroquia Nuestra Señora de Luján (Longchamps) que siempre nos acompaña, y este año al pesebre se sumó el grupo de hombres. Al ser un día de calor y con todas las dificultades que habíamos tenido y las que surgirían, lo ofrecimos por todas las parroquias y las intenciones que nos van llegando y las que cada uno llevaba.

Se realizó la representación del pesebre en la capilla con un grupo de presas. Pasó algo curioso cuando la muchachita que representaba a la Virgen María hizo su aparición “embarazada” con el coro de fondo: las mujeres presentes en la capilla empezaron a tocar y a rezarle a esa “panza”, como si realmente allí estuviera el Niño por nacer, y luego fuimos a recorrer todos los pabellones, talleres de trabajo, centro de recuperación de drogas, el pabellón psiquiátrico, la sección educación donde estaban dos profesores que enseñaban guitarra, y ellos se sumaron y todos cantamos los villancicos, oficinas donde estaba el personal…


Otro problema que surgió es que no teníamos más que un trecho corto personal penitenciario que nos lleve a recorrer el penal, y ya no se podía seguir, pero faltaban tantos pabellones por recorrer... entonces la guía fui yo, los 15 años que en 2017 voy a cumplir en la cárcel los aproveché con la experiencia de cómo manejarme, y allí fuimos, adelante la Sagrada Familia con ese Niño que conmovía a quien tuviera que autorizarnos el ingreso, fuimos cantando y “haciendo lío” con las palmas, repartiendo caramelos, mensajes navideños y para mi sorpresa venían penitenciarias a decirme:  “Señora pase por el pabellón que estoy yo, las chicas escucharon y quieren ver a Jesús”, y así lo hacíamos; después otra jefa nos permite ingresar a un pabellón y a las que estaban acostadas les decía: “Vino el pesebre, levántense y allí iban, una señora estaba hablando con su hija por teléfono y le hacía escuchar los villancicos, uno de los reyes magos le dio un mensaje de Navidad por teléfono; salimos, seguimos nuestro camino, se sumaron algunos travestis que a la par del coro cantaban, seguimos nuevamente el camino y nos encontramos con una jovencita vestida como hombre que me reconoció y se abrazó y lloró mucho diciendo: “Señora no quiero sufrir más, no sabe lo que fue mi vida desde chica... pobrecita, lloró mucho tiempo abrazada a mi preguntándome si Dios la querría a ella también, y nos bendijo a todos por haber ido… retomamos nuestro camino, donde Jesús nos seguía sorprendiendo, por un sector donde estaban reunidas las familias, allí había chicos y los reyes estuvieron con ellos y las familias recibieron el mensaje de Navidad explicándoles el verdadero sentido de tan importante fecha.

Saludo navideño de la Pastoral Carcelaria

Había lugares que no lo querían ver… bueno, esto ya pasó hace más de dos mil años… pero otras decían “ahí viene Jesús” y se empezaban a acercar. Y así, ante todos los pronósticos de “no van a poder recorrer el penal sin personal”, pudimos hacerlo porque ese Niño sabía que sus hijas muy amadas, por las que dio su sangre al igual que el resto, lo esperaban, esperaban un mensaje de Navidad, de esperanza.

Ah, no nos dejaban ingresar para sacar fotos, esta vez no habría fotos, pero una penitenciaria estaba sacando y le pedí si nos sacaba, le di mi celular para que me la mande y cuando salí estaba en mi celular, y es asi como tenemos esta foto que ahora compartimos.-

Patricia Alonso
Coordinadora de la Pastoral Carcelaria de la diócesis