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Monseñor Luis Fernández: 50 años de sacerdocio

“Él ha iluminado toda mi vida y llenado mi corazón, para que durante estos 50 años pudiera sentir la alegría de una vocación por la cual viví, vivo y viviré, que es el ministerio sacerdotal”.

  • 26 Junio 2025
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“Él ha iluminado toda mi vida y llenado mi corazón, para que durante estos 50 años pudiera sentir la alegría de una vocación por la cual viví, vivo y viviré, que es el ministerio sacerdotal”.

Así expresó el obispo emérito de Rafaela, monseñor Luis Alberto Fernández, actual administrador parroquial de Santa Teresita del Niño Jesús (Banfield), su alegría y emoción por celebrar este domingo 29 de junio, 50 años de su ordenación sacerdotal.

En diálogo con Eclesia evocó el día que monseñor Desiderio Collino, entonces obispo de la diócesis de Lomas de Zamora, le anunció en 1974 que al año siguiente sería ordenado sacerdote en la Plaza de San Pedro, por el mismísimo Papa Pablo VI, con motivo del Año Santo Jubilar. No lo podía creer. Por primera vez, le pareció “volar”, confesó.

380 seminaristas de todo el mundo -de los cuales seis eran de Argentina, tres de Entre Ríos y tres de la diócesis de Lomas de Zamora: monseñor Fernández; Roberto González Raeta, actual delegado diocesano de la Pastoral de la Salud y la Vida; y Juan Vázquez, ya fallecido, quien participó como laico de las deliberaciones del Concilio Vaticano II- fueron ordenados sacerdotes el 29 de junio de 1975.

“En 1974, estaba en tercer año de Teología, y una tarde monseñor Maccarone nos dijo a mí y al padre González que monseñor Collino nos tenía que decir algo y que nos esperaba en la Curia”, le reveló monseñor Fernández a este medio hace 25 años, y ahora lo recuerda en video. “Pensamos que era por los acolitados o lectorados que aún nos faltaba; pero no, monseñor Collino nos atendió y nos dijo que el Papa Pablo VI quería ordenar como sacerdotes, en el Vaticano, a todos los seminaristas que estuviesen en condiciones, con ocasión del Año Jubilar. Yo no podía creerlo: llegar a ser sacerdote, ordenado por el mismo papa y en el Vaticano... qué les parece, nos preguntó monseñor Collino, varias veces. Después de recibir esta noticia, nos mandó a la catedral para averiguar más detalles de nuestra ordenación diaconal, que sería en diciembre de ese año. Al cruzar la plaza Grigera, recién me di cuenta de todo y creo que volé: fue un momento maravilloso de mi vida”.

Y si emotivo fue el día del anuncio, aún más fue el día de su ordenación presbiteral: “Un auto de la Embajada Argentina en el Vaticano tenía que buscarnos para llevarnos a la ceremonia, pero llegó un poco tarde; entre el tráfico y la plaza de San Pedro repleta, donde un Papa ordenaba por primera vez 380 sacerdotes de todo el mundo, realmente costó llegar. El auto nos dejó lejos de la plaza y solo faltaba media hora; así empezamos a caminar entre la gente y a saltar vallas, una tras otra; con el padre Roberto, con 28 o 29 años, las saltábamos fácilmente, pero al padre Juan, que tenía casi 60 años, le costaba. Entonces lo agarrábamos, lo subíamos y lo pasábamos del otro lado de la valla; ¡los policías nos miraban, les decíamos que nos íbamos a ordenar para que nos dejaran pasar y finalmente llegamos bien”.

En el reportaje, además, hace memoria de su infancia junto a 8 hermanos en Pedernera al 300, Banfield. Cómo afectó la muerte de su madre su adolescencia, al punto de abandonar los estudios secundarios y comenzar a trabajar en un comercio de Lomas como cadete limpiando vidrios, barriendo veredas o vendiendo zapatos. Y cómo su viaje a Ushuaia, con su papá y hermanos, cambió su vida a partir del encuentro con un sacerdote salesiano, monseñor Eugenio Peyrou, a la postre obispo de Comodoro Rivadavia, que marcaría su vocación.

Como seminarista del Seminario de La Plata y el de Buenos Aires, fue uno de los que integraron la llamada “pequeña comunidad”, el germen del actual Seminario "De la Santa Cruz". Ya sacerdote, fue vicario de la catedral Nuestra Señora de la Paz y párroco de Inmaculada Concepción (Burzaco); formador (vicerrector) y rector del Seminario lomense; y vicario general de la diócesis durante 13 años, secundando la tarea pastoral de los obispos monseñor Desiderio Collino, monseñor Agustín Radrizzani SDB y monseñor Jorge Lugones SJ, hasta que el 24 de enero de 2009, el entonces Papa Benedicto XVI lo nombró obispo auxiliar de Buenos Aires.

Su lema episcopal, cabe recordar, fue: “Amigo de Dios para los hombres”, frase meditada con base en las palabras evangélicas de la Ultima Cena (“Ya no los llamo más siervos, sino amigos”), en el encuentro del joven rico con Jesús (“Lo miró y lo amó”) y en la pregunta que le hacen los seguidores de Juan, el Bautista (“Señor, dónde vives”). Y el mismo cardenal Jorge Bergoglio SJ, entonces arzobispo de Buenos Aires, que lo consagró obispo en el colegio Santa Inés (Turdera), el 27 de marzo de 2009, lo designó en 2013 para ser obispo de Rafaela, en la provincia de Santa Fe, cuando ya había sido llamado para ser Francisco, Sucesor de los Apóstoles. ¿Dónde y cómo vivió el día que al cardenal Bergoglio lo eligieron Papa?

Fue así el sexto obispo diocesano de esa jurisdicción santafesina. Qué recuerdos tiene de su paso por Rafaela. Hasta que en 2021, cuando cumplió 75 años presentó la renuncia al Vaticano, la cual fue aceptada en 2022, al ser nombrado su sucesor.

Fue presidente de la Sociedad Argentina de Liturgia (SAL) y actualmente es el asesor nacional de la Acción Católica Argentina. Y en marzo del 2023 volvió a la diócesis de Lomas para ser administrador parroquial de Santa Teresita del Niño Jesús y de la Santa Faz (Banfield).

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Además de su ordenación sacerdotal en Roma, entre sus recuerdos más importantes se destaca que en 1982 acompañó al entonces papa Juan Pablo II en la misa que celebró frente a la Basílica de Luján. “Yo fui el encargado de liturgia de esa eucaristía. Fue una gracia especial que Dios me regaló. Fue muy casual todo. Juan Pablo II decidió muy rápidamente venir a la Argentina por la guerra de Malvinas porque antes había estado en Inglaterra. Y como aquí el presidente de la Comisión Episcopal de Liturgia era mi obispo en Lomas de Zamora, monseñor Desiderio Collino me pidió que lo ayudara en la misa en Luján. Fue una sorpresa para mí venida de Dios. Yo tenía 30 y pico de años y hacía 6 que era sacerdote”, recordó alguna vez.

En el día de la solemnidad de los santos Apóstoles Pedro y Pablo, del Año Santo Jubilar 2025, monseñor Fernández celebra sus Bodas de Oro sacerdotal.  



Misa por el 50° aniversario
En ocasión de los 50 años de la ordenación sacerdotal de monseñor Fernández, el obispo diocesano, monseñor Jorge Lugones SJ, presidirá una misa desde las 10:30 en la parroquia Santa Teresita ubicada en Tucumán y Vieytes.

En el mismo sentido, el viernes 4 de julio, estará en la catedral de Rafaela, donde oficiará una misa a las 20, junto a la Iglesia diocesana de la cual fue pastor por 10 años.

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