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Monseñor Lugones celebra el 20º aniversario de su ordenación episcopal


El obispo de la diócesis de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Lugones SJ, celebrará este martes 30 de julio, el 20º aniversario de su ordenación episcopal: con una misa de acción de gracias, a las 19, en la catedral Nuestra Señora de la Paz, conmemorará el día en que fue consagrado obispo por el cardenal Jorge Bergoglio SJ, entonces arzobispo de Buenos Aires, hoy el papa Francisco.

  • 28 Julio 2019
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El obispo de la diócesis de Lomas de Zamora, monseñor Jorge Lugones SJ, celebrará este martes 30 de julio, el 20º aniversario de su ordenación episcopal: con una misa de acción de gracias, a las 19, en la catedral Nuestra Señora de la Paz, conmemorará el día en que fue consagrado obispo por el cardenal Jorge Bergoglio SJ, entonces arzobispo de Buenos Aires, hoy el papa Francisco.

Designado por Juan Pablo II para que sea obispo de Orán en la provincia de Salta, la ordenación episcopal de monseñor Lugones se realizó el 30 de julio de 1999 en el “Domo del Centenario”, un complejo y centro de convenciones de la ciudad de Resistencia, Chaco. El cardenal Bergoglio fue el obispo consagrante, y actuaron como co-consagrantes los arzobispos de Resistencia ya fallecidos Juan José Iriarte y Carmelo Giaquinta; el nuncio apostólico en Argentina, monseñor Ubaldo Calabresi, también estuvo presente. 

Postales de la ordenación episcopal

“En una emotiva ceremonia el padre Jorge Lugones fue consagrado obispo de Orán”, tituló entonces el diario Norte, y refirió a “una ceremonia religiosa que convocó a la cúpula episcopal argentina y a cerca de 2 mil personas”.

Al momento de la designación episcopal, monseñor Lugones se encontraba en la capital chaqueña donde, desde 1992, era el párroco de San Francisco Javier y Superior de la residencia jesuita anexa.

“Esta es una ceremonia única”, dijo monseñor Lugones en aquella misa. “Quise ordenarme en Resistencia porque quise que el pueblo de Dios que me ayudó a surgir, comparta mi consagración. En todas las comunidades, aunque sean pequeñas y pobres, está presente Cristo. Pido que me encomienden en sus oraciones y sacrificios”.

El 22 de noviembre de 2018 se cumplieron 10 años de la llegada de monseñor Lugones a la diócesis de Lomas. Y en diciembre, 30 años de ministerio sacerdotal. Este miércoles 31 de julio, además, cumplirá 67 años de vida.

A 10 años de su llegada a la diócesis...

Rezamos por el ministerio, servicio pastoral y la vida de monseñor Lugones.

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Escudo episcopal de mons. Lugones (qué significa y simboliza la imagen que vemos en la sede episcopal o cátedra -en la iglesia catedral, de allí el nombre- y en variadas imágenes de eventos diocesanos).

El blasón es de cuatro campos: uno dorado, uno blanco y dos azules. El blanco y el dorado son los colores de la bandera papal. Blanco y azul son los colores de la Inmaculada y del escudo familiar de los Lugones.

  • Se destaca el campo dorado con la figura del Cordero donde convergen imágenes de culto, de la Pascua y los sacrificios. Es un Cordero degollado, según el Apocalipsis 5,6. El rojo de la sangre representa la vida. El Cordero degollado porta el estandarte de vencedor, según Apocalipsis 17,14 y el cayado, pues es Cordero y Pastor (Ap. 7,17). El cayado es, a la vez, el Báculo del obispo, designado por el Papa en nombre de Cristo.
     
  • En el mismo estandarte del Cordero está el anagrama JHS (Jesús). La segunda letra, prolongándose y buscando altura, se convierte en el palo mayor de la cruz de Cristo al encontrarse con el travesaño. Las letras son de color rojo como la sangre que nos ha redimido.
     
  • El tercer campo heráldico contiene el anagrama de María, por el lugar que ‘’la llena de Gracia’’ ocupa en el corazón del nuevo obispo.
     
  • El primer y cuarto campo llevan ‘’cuatro lunas crecientes de plata sobre campo azul’’, del escudo familiar Lugones.
     
  • El lema que proclama el escudo, ”A mayor Gloria de Dios’’, nos refiere a su misión episcopal, donde este servicio debe ser cualificado y una elección libre que invita a la búsqueda no sólo de lo bueno, sino de lo mejor, como lo expresa san Ignacio de Loyola.