- 30 Julio 2024
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25 años se cumplen hoy, 30 de julio, de la ordenación episcopal de monseñor Jorge Lugones SJ, actual obispo de la diócesis de Lomas de Zamora.
Mientras desempeñaba su tarea pastoral en Chaco -adonde había llegado en 1992 para ser párroco de San Francisco Javier, en la ciudad de Resistencia, y superior de la residencia jesuita anexa-, el 2 de junio de 1999 el Papa San Juan Pablo II lo designó obispo de Orán, en la provincia de Salta.
En un reportaje realizado por Eclesia, el obispo reveló los pormenores de su nombramiento episcopal, cuando ya estaba preparándose para ser párroco y superior jesuita en Posadas (Misiones), y también el equívoco que figura en la bula de su designación.
Con todo, el 30 de julio de ese año fue ordenado en una celebración que tuvo lugar en el Domo del Centenario, presidida por el cardenal Jorge Bergoglio SJ, entonces arzobispo de Buenos Aires, hoy el Papa Francisco. Fueron co-consagrantes los arzobispos Carmelo Giaquinta, de Resistencia, y Juan José Iriarte, emérito de Resistencia. El nuncio apostólico en Argentina, monseñor Ubaldo Calabresi, 14 prelados de todo el país y cerca de 2000 personas participaron de la celebración, que empezó de forma privada con el juramento en latín, “un momento de zozobra”, según monseñor Lugones, ya que el texto y la pronunciación “no lo tenía muy fresco”, y terminó con la emoción de “ver a mi mamá cuando sube con el anillo y la imposición de manos en la consagración a cargo del arzobispo”.
Inspirado en el gran lema de la Compañía de Jesús, la de los jesuitas, a la que pertenece, “A mayor gloria de Dios”, monseñor Lugones eligió como lema episcopal esta misma frase. “Ese fue el deseo, yo me formé en esta espiritualidad y me pareció que era un deseo, que ojalá algún día se cumpla en todos nosotros: que lo que hagamos, lo hagamos ´para mayor gloria de Dios´”, explicó en el video.
“Esta es una ceremonia única. Quise ordenarme en Resistencia porque quería que el pueblo que me ayudó a surgir comparta mi consagración. En todas las comunidades, aunque sean pequeñas y pobres, está presente Cristo. Pido que me encomienden en sus oraciones y sacrificios, mi corazón está en Orán, tierra de misioneros y pastores. Hoy sentí el calor de los obispos, le doy gracias a Dios por su misericordia”, expresó el obispo, de acuerdo a las crónicas periodísticas de ese día.
Unos días después, el viernes 6 de agosto, monseñor Lugones inició su ministerio pastoral en Orán. El flamante quinto obispo diocesano manifestó ese día que “ojalá que pueda quedarme en Orán para siempre”, porque “el obispo se designa para una diócesis de por vida, a no ser que el Papa le pida una misión posterior, que fue lo que sucedió en 2008” con su traslado a Lomas de Zamora, contó en el reportaje.
Fue “una etapa muy fructífera, (…) años de mucha tarea, mucho trabajo y el compromiso con los laicos”, recordó, así como la devoción patronal a San Ramón Nonato y la Virgen del Carmen, y la creación de los grupos REDd (Reflexión Evangélica Diocesana domiciliaria) para llegar con la Palabra de Dios “hasta los cerros y la gente que no se acercaba a la Iglesia”, entre otras obras.
El 14 de octubre de 2008 fue designado obispo de Lomas de Zamora para suceder a monseñor Agustín Radrizzani. Inició su ministerio pastoral como quinto obispo diocesano, el 22 de noviembre de ese año.
En la Plaza Grigera, frente a la catedral, se llevó a cabo la misa en la que el cardenal Bergoglio lo puso en posesión de esta sede. “Querida comunidad lomense, desde este ejemplo del Señor Buen Pastor que se hace cargo de todo el rebaño, no me pidan entonces, que me apoltrone en la curia, permítanme salir a los barrios, a las periferias, a donde necesitan de la contención, de la escucha, del consuelo del obispo”, expresó en la homilía.
Al cumplirse ahora las Bodas de Plata de su ordenación episcopal, monseñor Lugones sentenció: “Agradezco a Dios por tanta bondad, por estos 25 años de gracia que me ha regalado, de ser un pastor que ha andado y sigue andando, que es lo que me propuse cuando llegué a la diócesis”.
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