- 14 Diciembre 2024
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Cuando la diócesis de Lomas de Zamora se prepara para empezar un Año Vocacional, una religiosa de las Hermanas Misioneras Catequistas de Jesús Redentor, la hermana Marina Melendres, hizo hoy su Profesión Solemne, en el marco de una misa presidida por el obispo diocesano, monseñor Jorge Lugones SJ.
La ceremonia tuvo lugar esta mañana en la parroquia Nuestra Señora de Itatí (Banfield), comunidad en la que la hermana Melendres recibió los sacramentos de iniciación y donde surgió su vocación. Mientras que el obispo llevó a cabo los ritos propios de la Profesión Solemne, la religiosa fue presentada e hizo sus promesas de fidelidad ante la hermana Ivanka Techera Santángelo HMCJR, superiora de la congregación en Argentina (presente desde hace muchos años en Guernica, Presidente Perón) y delegada para la ocasión.
“Estoy crucificado con Cristo, ahora vivo para Dios” (Gal. 2, 19), fue el lema elegido por la hermana Marina, quien además se desempeña como secretaria del Obispado.
En su homilía, el obispo dijo que “los votos son parte de la cruz con la que seguimos al Señor, pero no son sin la alegría que debemos reflejar en nuestra entrega”, y agregó: “Nosotros nos comprometemos con los consejos evangélicos de pobreza, castidad y obediencia para poder estar totalmente unidos con Cristo y participar de su propia libertad, estando al servicio de cuantos nos necesitan”.
Citando palabras del Papa Francisco, monseñor Lugones se dirigió a los jóvenes, y recordando la Carta Pastoral de convocatoria al tiempo y Año Vocacional les expresó”: “Sepan que Jesús espera la respuesta a una llamada, a una llamada de amor”.
“Marina damos gracias por tu sí para siempre a Jesús, un sí que se apoya en la fidelidad del Dios que te llamó y hoy te consagra para él y los hermanos en la Iglesia y en esta Iglesia concreta al servicio del Reino”, completó (ver texto completo en adjunto, abajo).
Al final de la misa, la hermana Melendres manifestó: “Doy gracias a Dios por este día, por el llamado, por el don de la vocación que nos hace a cada uno, por este camino; el evangelio se hace carne en mi vida porque Dios mira mi pequeñez y también porque soy uno de los empleados de la última hora”.
Hace unos días, en la invitación a la misa de este sábado, Melendres había dicho que la Profesión Solemne es “el comienzo de un sí definitivo a Dios”, donde “elijo libremente de modo generoso y alegre pertenecer a la congregación y también, por medio de ella, me dono a la Iglesia para siempre”.
Recientemente, el Domingo de Cristo Rey, el obispo diocesano escribió una Carta Pastoral a la diócesis, donde convocó a un “Año Vocacional”, que comenzará el 19 de marzo del año que viene y que luego continuará con un “tiempo vocacional”.
“El compromiso por las vocaciones, particularmente las sacerdotales, es una prioridad en la vida de la Iglesia; es una obra de amor que tiene en cuenta no solo el futuro, sino también el presente de la comunidad cristiana”, aseveró el obispo en la “Carta Pastoral sobre el presente y el futuro vocacional de nuestra diócesis”.
La situación vocacional, los cambios culturales y el desaliento como “uno de los males más dolorosos que padecemos a nivel social y eclesial”, la relación entre la Pastoral Juvenil y la Pastoral Vocacional, los límites y los desafíos de las parroquias, la importancia del Seminario, el “Corazón de la diócesis”, la corresponsabilidad de todos los miembros y el valor del testimonio, la oración, la animación vocacional, el acompañamiento y la sustentabilidad del mismo, son algunos de los ejes del mensaje de la carta.
A poco de iniciar el Año Santo Jubilar y el Año Vocacional, y a la luz de esta Profesión Solemne, las comunidades de la Iglesia diocesana están llamadas, cabe recordar, a “revitalizar el área de la Pastoral Vocacional específica, promoviendo el acompañamiento de jóvenes y actualizando actividades que den a conocer lo esencial de las vocaciones de especial consagración”.
Se trata, para quienes aún lo desconocen, de una de las siete fragilidades-desafíos (2024-2026) surgidas de las Asambleas del Pueblo de Dios realizadas el año anterior por vicarias.
En este sentido, la comunidad parroquial de Itatí de Banfield se enorgullece por las vocaciones surgidas en su seno: actualmente un seminarista (Joaquín) y precedentemente el presbítero Marcelo Portillo (párroco de Nuestra Señora del Tránsito, Ministro Rivadavia), Adriana Segovia (Virgen consagrada), la hermana María Paz del Espíritu Santo (una joven religiosa carmelita con Profesión Simple) y ahora otra vocación religiosa con la hermana Marina que hoy dio su sí definitivo al Señor que la llamó, y que a todos siempre llama.-
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