“Cuidemos la comunión en la Iglesia, que no tengamos quintitas, que no seamos compartimentos estancos, dejemos que el río del Espíritu fluya, que llegue a todos, y que la eficacia de la Palabra del Señor trasforme, libere, cure, anime y nos devuelva la alegría que nos proporciona el evangelio”.
- 15 Noviembre 2016
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“Cuidemos la comunión en la Iglesia, que no tengamos quintitas, que no seamos compartimentos estancos, dejemos que el río del Espíritu fluya, que llegue a todos, y que la eficacia de la Palabra del Señor trasforme, libere, cure, anime y nos devuelva la alegría que nos proporciona el evangelio”.
Así lo expresó el obispo diocesano, monseñor Jorge Lugones sj, al presidir el sábado la misa de clausura del “Año Jubilar de la Misericordia”, que fue celebrada al término de la “Asamblea del Pueblo de Dios”.
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“Al clausurar oficialmente este Año Santo de gracia y bendición declaramos que la apertura de la Iglesia a la misericordia es infinita, magnífica y plena, que alcanza a todo aquel que abre su corazón al perdón y apela a la misericordia del Dios compasivo y misericordioso”, había manifestado en su mensaje a toda la diócesis.
“Que la Misericordia de la Palabra de Vida -dijo- toque y consuele todos los corazones anhelantes de esta gracia, y nos anime en misión.
Así vivió la diócesis el Año Jubilar
