Puntos de Vista
Una semana especial para rezar por la unidad de los cristianos
Por: Prof. Gustavo Santos
“Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que Tú me enviaste” (Jn. 17, 21).
La oración por la unidad tiene su origen en Jesús mismo. Así, comprendemos que la comunión de todos los hijos de Dios es el fin por excelencia de su obra redentora. Por esta razón, el Concilio Vaticano II exhortó “a todos los fieles católicos a que, reconociendo los signos de los tiempos, cooperen diligentemente en la empresa ecuménica” (UR 4). Más adelante, el Papa Juan Pablo II nos recordó que, entre los cristianos, “es mucho más fuerte lo que nos une que lo que nos divide” (UUS 20). Finalmente, durante un encuentro ecuménico, Francisco afirmó que el ecumenismo “es camino con Jesús: no con mi Jesús contra tú Jesús, sino con nuestro Jesús”.[1]
¿Qué es ecumenismo?
El ecumenismo es un movimiento, surgido por la gracia del Espíritu Santo, que busca la restauración de la unidad plena y visible de todos los cristianos. Es diferente del diálogo interreligioso, el cual se lleva a cabo con las religiones no cristianas (judaísmo, islam, budismo, hinduismo, etc.).
Por lo tanto, la actividad ecuménica se desarrolla entre todos los que han recibido válidamente el sacramento del Bautismo (católicos, ortodoxos, luteranos, anglicanos, etc.), que “invocan a la Trinidad y profesan la fe en Jesús como Señor y Salvador” (UR 1), siendo su objetivo último la unidad visible de la Iglesia para que al fin haya “un solo rebaño y un solo Pastor” (Jn 10, 16).
El diálogo ecuménico, entonces, implica el mutuo conocimiento entre los cristianos de diversas confesiones, el cual se hace concreto en la actualidad mediante diversas acciones, entre las cuales se encuentra el ecumenismo espiritual.
¿Qué implica el ecumenismo espiritual?
Toda celebración litúrgica y toda oración que se realice para favorecer la unidad de los cristianos se encuentra enmarcada en este tipo de ecumenismo. El mismo resulta tan importante e imprescindible que el Concilio Vaticano II llegó a considerar a todas estas oraciones públicas y privadas como “el alma del ecumenismo” (UR 8). En consecuencia, teniendo presente que “la unidad es ante todo un don del Espíritu Santo” (APA 231), el ecumenismo espiritual se hace más patente en la Semana de oración por la unidad de los cristianos.
¿Qué es la Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos?[2]
La SOUC consiste en una celebración ecuménica cristiana internacional que se realiza anualmente, pidiendo el pleno cumplimiento de las palabras del Señor: “Padre, que todos sean uno… para que el mundo crea” (Jn 17,21). Congregaciones cristianas y parroquias de todo el mundo toman parte en esta semana de oración que se celebra tradicionalmente en el hemisferio norte del 18 al 25 de enero y en el hemisferio sur en torno a Pentecostés.
En Argentina, por disposición de la Conferencia Episcopal, celebramos la SOUC en la semana ubicada entre Pentecostés y Santísima Trinidad. Confiando en las palabras de Jesús: “Les aseguro que, si dos de ustedes se unen en la tierra para pedir algo, mi Padre que está en el cielo se lo concederá” (Mt 18, 19), los cristianos nos unimos para orar y redescubrirnos, especialmente en este tiempo, como hermanos en Cristo.
La SOUC de este año tiene como lema un texto basado en Isaías 1,17: “Haz el bien: busca la justicia”. Por este motivo, Francisco nos invita a “rezar y trabajar para que entre todos los creyentes en Cristo se afirme cada vez más el camino de la plena comunión”, comprometiéndonos “en todos los ambientes de la vida a ser constructores de reconciliación y de paz” (Audiencia general del 18/01/23).
¿Cómo se prepara la SOUC?
La preparación es “interconfesional”: la organizan conjuntamente el Consejo Mundial de Iglesias (CMI)[3] y el Dicasterio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos (DPUC) de la Iglesia católica, resultando, de este modo, una práctica fraternal para muchas congregaciones pertenecientes a la Iglesia católica, a Iglesias orientales y ortodoxas, y a comunidades eclesiales protestantes y anglicanas, lo que constituye en sí mismo un fruto palpable de la eficacia de la oración.
Cada año se pide a comunidades ecuménicas de una región determinada que preparen un texto sobre un tema bíblico. Luego, el material es enviado a diversas confesiones cristianas, invitándolas a adaptarlo a sus realidades en un trabajo colaborativo común.
Durante esta semana, en numerosas Iglesias de nuestro país, se preparan encuentros ecuménicos de oración. En la diócesis de Lomas de Zamora, con la presencia de nuestro obispo, monseñor Jorge Lugones SJ y monseñor Gustavo Help, obispo emérito de Venado Tuerto, se reunirán diferentes confesiones cristianas, el miércoles 31 de mayo, a las 19:30, en la Iglesia Presbiteriana “San Andrés” (Gral. Paz 191, Temperley).
En conclusión, teniendo en cuenta que “todos somos hijos de Dios” (Francisco, audiencia general del 8/09/21) y que la unidad de todos los cristianos es posible mediante la oración que reaviva nuestra esperanza, es necesario tener presente que, en la Iglesia de Cristo, ser cristiano coincide con estar en comunión, porque nadie se salva solo.-
Prof. Gustavo Santos
Bachiller en Teología. Docente del Instituto Superior para la Formación Docente “Pedro Goyena”
y el Instituto Superior de Profesorado “Pbro. Antonio Sáenz”.
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[1] Papa Francisco, durante un "Encuentro en el Centro Ecuménico del CMI", en Ginebra, el jueves 21 de junio de 2018, en ocasión del 70 Aniversario del Consejo Ecuménico de las Iglesias” (World Council of Churches, WCC).
[2] Cf. DPUC, vatican.va; CMI, oikoumene.org.
[3] El CMI es una asociación fraternal de iglesias orientales, ortodoxas, anglicanas, protestantes y evangélicas, que responden a una vocación ecuménica común. Fue creado en 1948, su sede está en Ginebra (Suiza), y cuenta en la actualidad con casi 350 iglesias miembros en más de 110 países.